Fertilización Fosforada en Maíz
El fósforo (P) es esencial en los procesos biológicos de transporte de energía dentro de las plantas e interviene en funciones estructurales. La deficiencia de este nutriente, en etapas tempranas produce efectos adversos en el crecimiento limitando los potenciales de rendimiento.
Sintomatología: Crecimiento lento de las plántulas, escaso desarrollo radicular, hojas deformadas y extremo de las hojas más viejas de color purpura (Fig.1).
Fig 1: Plántula de maíz con deficiencia de P.
Es un elemento móvil dentro de la planta y el mismo se acumula en las zonas de activo crecimiento, órganos de reservas, frutos o granos. Motivo por el cual los síntomas de deficiencia son más claros en las hojas más vieja. Esto también implica que una gran parte del P absorbido es exportado del lote en los granos cosechados. Los requerimientos del cultivo varían en función de la especie (Tabla 1).
Tabla 1: Requerimiento y exportación de P de diferentes cultivos. Expresados en kg de P por ton de granos a humedad comercial
Fósforo en el suelo
Este elemento no es móvil en el suelo y se encuentra en forma de fosfatos (PO43-) minerales y orgánicos. En función del pH del suelo las formas iónicas se encuentran fijadas a el complejo arcillo-húmico, sobre las fracciones finas de caliza o a hidróxidos de hierro y aluminio. Esto condiciona su disponibilidad del pH (Fig 2).
Existen suelos fijadores de P, comúnmente llamados: Suelos rojos de bajo pH, ricos en hidróxidos de hierro y aluminio; Suelos vérticos, donde los fosfatos son adsorbidos por las arcillas; Suelos calcáreos, con gran contenido de carbonatos de calcio y pH con valores de 7.5 a 8.7.
Debido a su baja movilidad en el suelo, la disponibilidad de este elemento está limitada por la textura del suelo, volumen explorado por las raíces y nivel de compactación (Fig 3).
Muestreo de suelo
El P representa uno de los elementos de mayor variabilidad espacial dentro del lote por factores intrínsecos como la topografía y erosión. El efecto antrópico como: cercanía a alambrados, aguadas, la siembra directa o la fertilización en banda incrementa la variabilidad micro espacial.
Para evitar el error que podría generar esta macro y micro variabilidad espacial se debe identificar las diferentes macro zonas y muestrear por separado. Realizar al menos 20 sub-muestras en cada una de ellas, de 0-20 cm de profundidad (Fig 4).
Fig 4: Método de muestreo de P. (Carretero et al., 2016)
Al ser un nutriente menos móvil pero más estable, se pueden realizar muestreo más espaciados en el tiempo. Esto permite monitorear la evolución del contenido de P en el suelo y ajustar el programa de fertilización.
Método de análisis: Bray I es al más utilizado en nuestra región pero tiende a sobrestimar en suelos con pH superiores a 7.4 . En suelos con pH más elevados es aconsejable utilizar el método Olsen.
¿Cuál es el nivel crítico de P?
Este es definido por el nivel en el cual se espera una respuesta rentable del cultivo a la aplicación de este nutriente. Para este nutriente existen dos criterios de fertilización:
Reposición: solo se considera la reposición del P exportado por el cultivo (Tabla 1).
Reconstrucción: este criterio es utilizado en suelos donde los niveles críticos se encuentran por debajo del límite. Se debe establecer un programa a 4-5 años y tomando como nivel crítico el requerido por el cultivo más exigente dentro del esquema de rotación.
Los umbrales críticos de P para el cultivo de maíz, a diferencia del nitrógeno, no están condicionados por el rendimiento potencial. Pero sí por la textura del suelo (Fig 5).
Aplicación en cobertura: Está recomendada para programas de reposición, suelos con niveles de P mayores a 8-10 ppm y para aplicaciones mayores a 20-25 kg P/ha.
Aplicaciones en Banda: Es la forma más eficiente y está recomendado para suelos deficientes o suelos fijadores de P.
Fitotoxicidad: evitar el contacto con la semilla y aplicar al menos a 5 cm de las semillas.
Fuentes: La eficiencia de uso de los fertilizantes fosfatados es equivalente y las condiciones particulares de uso pueden ser consultadas en:
http://www.ipni.net/specifics-es
Bibliografía:
- Carretero R., Marasas P.A, Souza E. y Rocha A. 2016. Conceptos de utilidad para lograr un correcto muestreo de suelos. IPNI Archivo Agronómico 15: 1-11.
- Ciampitti I.A. y Garcia F.O. 2007. Requerimientos nutricionales. Absorcion y extracción de macronutrientes y nutrientes secundarios - I. CEREALES, OLEAGINOSOS E INDUSTRIALES. IPNI Archivo Agronómico 11: 13-16.
- Correndo A., Salvagiotti F., Gutiérrez-Boem F. y Garcia F.O. 2017. Recalibración: Ubrales criticos de P-Bray para maíz y soja. XXV Congreso Aapresid – Rosario.
- Gueçaimburu J.M, Vázquez J.M., Tancredi F., Reposo G.P, Rojo V., Martínez M. y Introcaso R.F. 2019. Evolución del fósforo disponible a distintos niveles de compactación por trafico agrícola en un argiudol típico. Chilean J. Agric. Anim. Sci. 35(1): 81-89.